martes, 25 de septiembre de 2007

Vacaciones

Como después del viaje a Mérida nos hemos ido de vacaciones, llevaba mucho tiempo sin montar en moto ni hacer excursiones por lo que no he actualizado el blog, así que de momento hablaré de las vacaciones.

Al igual que en años anteriores nos hemos ido a nuestra casita de Ayamonte (Huelva).



Es el último pueblo de España al pie de la desembocadura del río Guadiana que sirve de frontera con Portugal, a donde puedes llegar cruzando el río en una especie de transbordadores que como si fueran una línea de autobuses salen de ambas orillas cada 10 ó 15 minutos. Otra forma de cruzar es a través de un puente muy moderno que salva el río.


















A pesar de las numerosas veces que he cruzado, me sigue sorprendiendo, cuando circulas por la autovía, que de repente has salido de España y ya te encuentras en otro país con la misma facilidad que te cambias de provincia.

Me acuerdo que cuando llegó el euro, aquí estábamos acojonados y allí, tanto en los comercios de España como en los de Portugal, los dependientes manejaban simultáneamente las pesetas y los escudos con una facilidad y agilidad asombrosas, es más, había gente que pagaba la compra parte en pesetas y parte en escudos.

Otra de las cosas curiosas de Ayamonte es la cantidad de scooters que hay, y a pesar de tener Guardia Civil y Policía Municipal, la mayoría van en ellos sin casco y nadie les dice nada, claro que, con demasiada frecuencia se ve a tres personas en un ciclomotor: el padre, el niño/a en medio y la madre detrás. De tanto verlo te termina pareciendo lo normal. Lo más de lo más que he visto es, a 2 señores en un scooter y al de atrás llevando una escalera, como esas largas de Telefónica, en el hombro o a un abuelete (seguro que pasaba de los 70 años), circulando en su scooter, con su boina bien calada, un bastón en la mano izquierda y un cigarrillo en la derecha al que de vez en cuando le daba una caldadita, ni que decir tiene que todo ello lo hacía mientras conducía. ¡ Ánimo Spock ! supera eso.

Por lo demás me da mucha envidia ver a los motorizados mientras yo voy enlatado y echo de menos mi moto.

En cuanto a las playas son estupendas y kilométricas con lo que aún en plena temporada de verano no tienes sensación de agobio, ni sombrillas/toallas pegadas con los pies del vecino en la boca. No obstante, a veces se cuela algún desaprensivo con toda su parentela que a pesar de tener toda la playa libre, te coloca las innumerables sombrillas, mesas, sillas, hamacas, neveras y demás adminículos imprescindibles para pasar un buen día de playa, pegado a ti, pero bueno, se soluciona rápidamente mirándole con ojos asesinos y cambiándote de sitio un poco más para allá.


Todavía las playas son muy naturales y aunque hay gente a quienes no les gusta, en la orilla crecen algas que quedan al descubierto cuando baja la marea. Según los expertos, esto es un índice de pureza del agua porque estas plantas son muy sensibles y en cuanto hay un poco de contaminación no se desarrollan. Otro indicador es que en cuanto metes la mano en la arena de la orilla sacas coquinas, especie de almeja suave y alargada. No seais mal pensados, las que yo digo tienen concha y se cocinan. Cuando es la temporada, creo que por Mayo, puedes ver un cordón de más de 100 personas en la orilla cogiendolas, aunque hay gente que las coge durante todo el año. Afortunadamente creo que este año han prohibido su captura salvo que tengas una licencia de pesca. Espero que sirva para que no terminen con ellas como ya ha pasado en otros pueblos de la costa.

Aunque también hay playas muy bonitas en los pueblos cercanos, como Isla Cristina o Cartaya donde hay tramos en los que los pinos y los eucaliptos llegan hasta la arena, para ser justos, he de reconocer que las playas de Portugal son mejores y más variadas. Tienes desde playas abiertas hasta pequeñas calas, otras con acantilados que bajan a pico dejando una estrecha franja de arena y otras que se han formado longitudinalmente entre el mar y un río que las separa de la tierra firme y que para llegar a ellas tienes que coger un barquito que te atraviese el río.

Otro de los aspectos que me gusta de Ayamonte es lo bien que se zampa. Cuenta con infinidad de restaurantes tanto en el propio pueblo como en Punta del Moral, el barrio de pescadores que está bastante distante del casco urbano. La comida es sencilla, sin grandes elaboraciones, pero de mucha calidad y a muy buen precio. En la playa hay chiringuitos limpios y bien preparados que suelen contar con los servicios de algún pescador que les vende lo que captura en el día. El pescado fresco está garantizado.


No obstante, si lo que te gusta es comer en tu casa, el mercado municipal lo encontrarás bien abastecido de verduras y pescados. Da gusto entrar y ver la variedad de peces diferentes que venden y sobre todo el olor a mar profundo que se respira. Para los carnívoros, también hay una tienda que tiene carne fresca de cerdo ibérico (presa, pluma, paleta, secretos y todo lo que podáis imaginar que tiene un cerdo). La bajan directamente de Jabugo dos días por semana. Hasta la humilde cinta de lomo, no tiene nada que ver ni en color ni en sabor con las que estamos acostumbrados a comer aquí de cerdo blanco.

Comprendeis ahora mis pocas ganas de volver cuando me voy de vacaciones al paraiso, donde reina la tranquilidad, el buen tiempo, la buena comida...

sábado, 1 de septiembre de 2007

Impresiones sobre Mérida

Como os decía en la entrada anterior, la ciudad es un elenco de sorpresas

1ª sorpresa: En pleno verano extremeño, es decir, 40º C. a la sombra, el horario de tarde de los monumentos es de 5 a 7. Debe ser para que los visiten los lagartos porque si no, no me lo explico. Existen 2 teorías al respecto, según B-B es que "están locos estos romanos", según yo, es para conservarlos, ya que el turista que los visite en esas horas se muere y no vuelve a pisarlos, así no se desgastan las piedras y los podrán contemplar generaciones posteriores. ¡Claro, así han durado 2.000 años!

Afortunadamente existen otros monumentos por la ciudad que se pueden ver libremente sin horarios mientras paseas.

2ª sorpresa: Los monumentos que puedes visitar sin horario y sin pagar dan pena. Es una lástima lo mal conservados que están, lo poco que los han valorado y lo poco que los han cuidado. Ahora están tratando de adecentarlos un poco y tratar de conservar lo poco que queda en pie.




Como veis en la foto del Templo de Diana (izda), en su día se llegó a construir dentro una vivienda, en otros casos las viviendas están muy próximas a los monumentos como en el Foro Romano (dcha),o construidas directamente sobre ellos como en La Morería. (abajo)




En el acueducto de San Lazaro del que deben quedar 3 ó 4 arcos, hay una casa apoyada entre sus pilares.




En realidad la actual Mérida está construida totalmente sobre la antigua sin respetar nada. En la siguiente foto se ve una maqueta de cómo se supone que fue la ciudad romana.





Afortunadamente existe el Museo Romano, cuya visita recomiendo. Es un edifico de Moneo muy luminoso y diáfano donde las cosas no están expuestas de forma abigarrada por lo que la visita se hace de forma muy ágil y no te cansa. En él se pueden ver preciosos mosaicos, rosetones, bustos, esculturas, objetos de uso cotidiano, instrumental médico … que de otra forma se hubieran perdido o roto en vista del cuidado que tienen de las cosas romanas.


Por cierto, fijaos en la foto de la columna donde está apoyada B-B y comparar su tamaño. Vale que B-B no es Gasol, pero no me digáis que no es grande, pues bien, esta columna es del Templo de Diana. A que puesta en el templo no da sensación de que sea tan enorme.




3ª sorpresa: El puente romano que, con una longitud de 792 metros, cruza el Guadiana sigue en pie y eso que hasta hace 15 años aproximadamente se permitía el tráfico sobre él de todo tipo de vehículos: coches, camiones de diversos tonelajes, autobuses, que además coincidían parados al tiempo sobre él, porque había un semáforo al final del puente que originaba unos enormes atascos. Un peso que era impensable que tendría que soportar cuando lo construyeron hace 2.000 años, porque aunque todas las legiones romanas hubieran estado formadas por obesos mórbidos y se hubieran dado cita al mismo tiempo sobre el puente, creo que no igualarían el peso que ha estado soportando ese puente.







4ª sorpresa: Dicen que el exceso de civilización causa la caída de los pueblos. Pues tranquilos chicos que estamos a salvo. Después de 2.000 años no hemos cambiado nada. Estamos acostumbrados a que de los romanos solo hemos heredado el Derecho, pues bien, en Mérida he podido comprobar que no es así. Ellos ponían mosaicos en el suelo y nosotros baldosas; ellos pintaban frescos en las paredes y nosotros colgamos cuadros.








Ellos tenían teatro y nosotros también, incluso la forma del escenario y las gradas parecidas; Ellos tenían fieras y nosotros toros (incluso las plazas de toros tiene la forma de los anfiteatros).



Ellos luchas de gladiadores y nosotros boxeo. Lo que más me ha llamado la atención ha sido el Circo, no por el edificio que está totalmente arruinado y solo queda en pie una parte de las gradas, aunque es de los pocos del mundo que conserva el perímetro y la pista original prácticamente al completo, (la carretera y el camino que se ve en la foto debieron de ser más importantes y le quitaron el trozo de la esquina derecha) si no porque allí se celebraban las carreras de bigas (2 caballos) y de cuádrigas (4 caballos). Los grandes campeones aurigas (conductores) ganaban fortunas. En cada carrera corrían 4 equipos que se distinguían por los colores que llevaban, que a su vez representaban a los comerciantes que los patrocinaban. Les sonará algo de esto a Yamaha, McLaren, Alonso o Rossi. Como veis, después de 2.000 años tan solo hemos cambiado los 2 ó 4 caballos por 2 ó 4 ruedas. La expresión “el circo de la fórmula 1” ¿Procederá de aquí también?.




Aunque seguramente nuestras contrarias no pensarán lo mismo, no podemos evitar que nos guste ver las competiciones deportivas, lo llevamos grabado en los genes. Mientras que el teatro tenía un aforo para 6.000 personas, que ya tenía que haber aficionados para llenarlo y parecido número el anfiteatro, en el circo, cabían 30.000. Han pasado muchos años pero seguimos siendo los mismos.

5ª sorpresa: No existe en el mundo ningún alumbrado como el de Mérida.




Si pensáis que somos raros por fijarnos en estas cosas mientras paseamos, que pensareis de un tipo que presentó una reclamación contra una empresa de alimentación que hacía las letras de la famosa sopa de ídem, porque había comprado 10 paquetes y en todos faltaban la W y la F.


Hasta la próxima entrada.