jueves, 29 de julio de 2010

Madrid-Úbeda-Baeza II

Hola otra vez. Después de esta sequía literaria y falta de inspiración, voy a ver si me disciplino de una vez por todas y soy capaz de comenzar otra vez a recuperar el gusto por contar cosas en este pobre blog tan desatendido. Lo habíamos dejado en el viaje a Úbeda y Baeza. La primera impresión y lo que más me sorprendió fue, ¿qué hacen dos ciudades tan bonitas y monumentales en medio de la mayor extensión de campos de olivos de toda España?. Como son ciudades pequeñas, es tal la sensación de concentración de palacios, casas señoriales iglesias, conventos, hospitales, blasones, escudos , etc. en un reducido espacio, que casi no sabes dónde mirar y nos hablan de la enorme riqueza que había en esas ciudades. Quizá sea un poco exagerado pero tengo la sensación de que muchas capitales de provincia quisieran tener la riqueza monumental de estas dos. No en vano son patrimonio de la humanidad

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Para mi gusto la más bonita es Úbeda. La explicación a tanta riqueza, es que en Úbeda, además del Sr.Sabina, D. Joaquín, nació hace muchos años, D. Francisco de los Cobos y Molina que llego a ser secretario de confianza de Carlos V a quien acompaño en numerosos viajes. El emperador en agradecimiento por sus valiosos servicios y asesoría, le otorgó prebendas y cargos públicos , entre ellos, contador real, que le debió permitir enchufar a todos sus amigos y parientes. ¿Y qué profesión es esa? Pues ni más ni menos, que el buen señor inventariaba y contaba para la Corona, en la Casa de Contratación de las Indias (Sevilla) todas las riquezas que traían los barcos que venían de América, y como debió de ser muy aplicado en el colegio, y allí le dijeron que de diez te llevas una, pues lo debió de aplicar a rajatabla el resto de su vida.

En estas ciudades se han conservado tan bien los edificios tanto por fuera como por dentro, debido a la importante labor de restauración que han realizado sobre todo unas cuantas cadenas hoteleras y que han convertido algunos palacios en hoteles y restaurantes, además de que en otros muchos se han abierto diversos museos. Una buena forma de compaginar negocio y cultura, economía sostenible creo que lo llaman ahora, y que ha permitido que lleguen hasta nuestro días en pleno esplendor y podamos contemplar cómo fueron en sus orígenes.



Muchas ciudades podrían aprender, ya que te encuentras en numerosas ocasiones, bellos edificios que están cerrados y que no puedes disfrutar o en el peor de los casos, que amenazan ruina porque sus propietarios no tienen recursos suficientes ni para mantenerlos en pie y que irremediablemente se convertirán en bloques de viviendas en los que con suerte, mantendrán una portada, un arco… y una placa en la fachada que dirá: Aquí se encontraba el palacio de…

Una buena parte de los edificios más importantes se deben al arquitecto Andrés de Vandelvira, que también se debió hacer de oro de tanto construir palacios. Las obras de arte se las trajo Francisco de Cobos en sus viajes por diversos países de Europa, principalmente Italia, acompañando al emperador o en misiones que éste le encomendaba, por lo que entró en contacto con muchos célebres pintores y escultores del Renacimiento.


Al día siguiente nos fuimos a conocer Baeza, distante unos 11 Km, si bien, nos parecieron eternos porque nos volvió a sorprender la niebla, esta vez aderezada con obras en la carretera y las rayas sin pintar. Baeza es a mi parecer, mucho menos monumental, aunque también tiene algún palacio bonito.



Allí se fundó una Universidad, me imagino que para compensarles del oropel del pueblo vecino, en la que llegó a impartir clase Antonio Machado, cuyo aula, aún se conserva casi como si hubiese dado clase el día anterior. Paseito por la ciudad y antes de anochecer del todo, vuelta al hotel de Úbeda donde estábamos alojados en una estupenda habitación, gracias a los buenos oficios de Spock y sus contactos en Husa.


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