lunes, 4 de junio de 2007

Ya puede Ud. recoger la moto


Madrid, Miercoles 29 de Mayo de 2007. 12:30 horas. Suena el movil. Al otro lado una voz pronuncia la tan esperada frase mágica. Me tiemblan las carnes. Esbozo un gracias y cuelgo. Respiro hondo y pienso: ¡Al fin!. La hora de salir de trabajar no llega nunca, además ese día tenemos un follón de coj... y tampoco puedo salir a la hora. Da igual, el concesionario no abre hasta las 17:00. Ya son las 16:30. Salgo. Evidentemente hoy me quedo sin comer. No importa, la ocasión lo merece.

Con puntualidad britanica, los que me conocen alucinarán, me presento en el concesionario nada más abrir. Allí, muy amablemente, me entretienen contándome un montón de cosas de la moto, de la documentación y de los más variados etceteras. Por fin, me dicen: "vaya a nuestro taller que está a la vuelta de la esquina y ya puede recoger la moto".

LLego al taller y allí está ella esperandome, placidamente tumbada, sugerente sobre su pata de cabra, flamante, resplandeciente, magnifica, enorme ...

Un señor con mono me explica otro montón de cosas y por fin la pone en posición y me dice, ya la puedes montar. Me subo, la arranco, suena suave sin estridencias, con un ligero toque ronco. la acelero con cuidado, son 145 C.V. y ... se me cala. Hago el ridiculo unas cuantas veces más antes de salir del concesionario. Deben pensar que Dios da pañuelo a quien no tiene mocos. ¡Me la pela!, bastante tengo con dominar a la bestia y no al revés. De momento gana ella por goleada.

La verdad es que tiene un tamaño que impresiona y sobre todo una potencia descomunal, así que la manejo con respeto no se vayan a desbocar los caballos. Ya en la calle, se me cala unas cuantas veces más al salir de los semaforos y son lo coches los que me pitan a mí. Ya me vengaré.

Hay un atasco momumental y yo, como un pardillo novato, voy detrás de los coches guardando educadamente mi turno. Deben pensar: ¡que motorista tan resptuoso con las normas que no va rompiendo retrovisores ni culebreando entre los coches!. En realidad es que me da la sensación que no quepo por ningún sitio, además por si no fuera lo suficientemente grande la moto, llevo las maletas que ocupan un huevo. LLego a casa a las mil.

Cuando me bajo me tiemblan las piernas y no deja de venirme a la cabeza cuando acompañé a Spock a recoger la suya. Ahora entiendo lo que le pasaba. Lo primero que hago es llamarle para contarselo. Risas. Hoy ha sido un gran día.


Y con todos ustedes... ¡¡¡ la protagonista !!!



2 comentarios:

spock dijo...

Que bonita. A ver si me la dejas.....jejejeje

Mototematico dijo...

Te prefiero en persona, incluso tal como eres, que hecho una calcomania en una farola. No obstante, si de una p... vez te sacas el carnet de verdad, te dejaré la pequeña para que practiques.